Entrevista a Gregorio López de Lerma
Entrevista a Gregorio López de Lerma
La Encomienda es una empresa vitivinícola que nació en Valdepeñas en 2015, aunque el sueño de crearla, de sus dueños, Gregorio y José López de Lerma y José Luis del Olmo, comenzó en 2011. Hoy, tras darse a conocer en Valdepeñas, provincia y región, por sus vinos, son de los más demandados. En advaldepeñas, hemos entrevistado a uno de sus propietarios, Gregorio López de Lerma.
Oretano y Orissón son vinos muy característicos, con historia, de Autor, minerales que crecen una tierra situada en un enclave único: las inmediaciones del Cerro de las Cabezas y, como homenaje a aquellos primeros pobladores que hicieron que la tierra de la que nacen estos, fuera fructífera.
Un sueño hecho realidad
La Encomienda es un sueño hecho realidad como bien decís vosotros, pero, ¿qué aporta de nuevo y diferente al mundo del vino y la gastronomía manchega?
– Estos vinos aportan un concepto y modelo de viticultura diferente en esta zona con gran trayectoria vitivinícola. Para nosotros lo más importante es el viñedo, el suelo, el entorno y nuestra mano de viticultor que vive en armonía con la naturaleza, donde buscamos que cada varietal desarrolle y exprese su máximo potenciál enológico. Sin duda esto nos garantiza un producto singular, complejo, lleno de matices pero, a la vez, sencillo y capaz de satisfacer los más exigentes paladares.
¿Cómo son vuestros vinos? Y háblame de las marcas que tenéis.
– Nuestros productos son diferentes. Tienen identidad propia y reflejan el suelo, la baja producción y el bosque mediterráneo que flanquea la parcela donde se cultivan las vides; ese sabor a terruño, su mineralidad con toques de cacao, licor de cerezas, que aporta la roca volcánica de cuarzo y granito. Las plantas aromáticas de ese sotobosque y, por supuesto, las cuatro castas con las que están elaborados: Cencibel, Syrah, Merlot y Cabernet Franc.
Las marcas son un homenaje a nuestra historia, nuestra cultura y nuestro orígenes como oretanos, con un componente emocional profundo y un compromiso absoluto con nuestra historia, pues la marca Orissón revertirá anualmente parte de los ingresos que genere al yacimiento íbero del Cerro de las Cabezas para su mantenimiento, conservación y desarrollo. No en vano, el lema de esta marca es «El vino que cuenta la historia de un pueblo».
¿Cómo vendéis vuestros vinos y dónde?¿Y si habéis tenido la oportunidad de exportar ya?
Puedo decir que hasta la fecha estamos centrando nuestros esfuerzos a nivel provincial y regional posicionando el producto exclusivamente en el canal de hostelería, restauración y tiendas especializadas, si bien es cierto que estamos empezando a hacer algunos escarceos por el norte de país y Levante.
Nuestro principal objetivo es el posicionamiento y la consolidación de las marcas actuales, que el consumidor nos idetifique como un producto singular, con identidad propia bien definida, teniendo en cuenta que es un proyecto que acaba de dar sus primeros pasos, que la producción es limitada, que hasta el año 2018 no habrá y saldrán al mercado los nuevos vinos Orissón y Oretano. El mercado exterior lo miramos sin prisa y con cautela pero, indudablemente, daremos el salto a la exportación.
Conocemos las exigencias del consumidor, cada día mejor formado, que busca productos auténticos y naturales. Tratamos de llevarle el vino de las manos que lo trabajan en la tierra a su copa.
¿Se están haciendo bien las cosas en torno al vino respecto al consumidor para que este lo conozca y lo beba?
En este apartado tengo que reconocer que las medidas acometidas no han reportado resultados satisfactorios. En tres-cuatro décadas hemos pasado de tener un consumo «per cápita» de 60 litros por habitante y año, a apenas 12 litros en la actualidad, según los datos del último estudio. Si bien es cierto que algunas de las medidas adoptadas por la anterio Ministra de Sanidad de intentar catalogar el vino como bebida alcohólica y no como alimento nos han hecho mucho daño, unido con las desafortunadas campañas televisivas de la DGT.
Amén de lo expuesto anteriormente necesitamos organizar y estructurar el sector y dotarlo con recursos económicos para revertir esta tendencia, al igual que están haciendo otros competidores con otras bebidas que contienen alcohol y realizan grandes campañas mediáticas cubriendo y patrocinando grandes eventos a nivel mundial, véase por ejemplo la Eurocopa de fútbol.
A decir verdad, siento cierta envidia cada vez que veo un film, sobre todo americano, y observo cómo el vino aparece de forma sistemática en muchas de sus películas para celebrar, disfrutar o tan solo para relajarse. ¡Aparece una copa de vino en la mano del actor/actriz!
En mi opinión se están empezando a dar los pasos en la dirección correcta creando, a nivel nacional, la Interprofesional del vino.
¿Qué supone el vinos para nuestra región?
Tanto la vid como el vino forman parte de nuestra tradición, dieta, cultura e historia. Es uno de los pilares económicos más importantes de la región. Moldea nuestro paisaje de clima semidesértico y fijan población en el entorno rural. Contribuyen a frenar la desertificación y el cambio climático secuestrando gran parte del CO2 que emite la sociedad actual, convirtiéndolo en alimento y madera.
Poseemos la mayor concentración mundial de viñedo con 650.000 hectáreas cultivadas de gran diversidad, lo que da un potencial económico descomunal. El rigor de nuestro clima, junto con la baja pluviometría anual, hace que en la mayoría de las campañas nuestros productos sean prácticamente ecológicos comparándolos con los de otras zonas vitivinícolas.
No en vano, desde fuera se nos empieza a denominar «el despertar del gran coloso» que tiene el potencial de liderar en un futuro, no lejano, el comercio del vino al nivel mundial.
¿Y para la dieta mediterránea y la salud de quienes lo consumen?
Por todos es conocido las bondades para la salud de la dieta mediterránea, donde uno de los productos estrella es el vino. Existen multitud de estudios científicos que demuestran que la ingesta moderada de vino, sobre todo acompañando a las comidas, aportan grandísimos beneficios para nuestra salud, previniendo las temidas enfermedades cardiovasculares, ralentizando el envejecimiento celular y reforzando en general el sistema inmunológio.
De ahí la sabiduría popular y nuestro rico refranero que recogen lo aprendido durante generaciones por nuestros ancestros: «bebe vino y come jamón y no padecerás del corazón».
Castilla-La Mancha es el mayor viñedo del mundo. ¿Cómo veis el sector desde vuestra perspectiva?
Durante las últimas décadas se ha producido una reconversión y reestructuración varietal a gran escala provocando que a día de hoy seamos una de las zonas vitivinícolas más competitivas a nivel mundial, teniendo uno de los ratios calidad/precio más atractivos del mercado global. Todo esto nos proporciona un tremendo potencial de desarrollo para liderar el mercado en el medio plazo.
Tan solo nos hace falta creer en nosotros mismos, organizar y vertebrar el sector que ya ha dado muestras de dinamismo y capacidad de adaptación.
Desde La Encomienda tenemos el firme propósito de elaborar los mejores vinos que se hagan en esta zona de producción y tenemos la absoluta convicción de que «lo mejor está por llegar».
Los vinos de La Encomienda podrán adquirirse a través de la tienda online www.vinoslaencomienda.es