La nueva generación de Valdepeñas
La nueva generación de Valdepeñas
ALIMENTOS, (Gastro, Viajes & Tendencias) NOV-2020
Varios proyectos empresariales vitivinícolas iniciados por jóvenes emprendedores se han marcado un reto de dar un giro radical a la image que, hasta ahora, se teniendo de los vinos de Valdepeñas que, a pesar de haber experimentado en los útlimos años un innegable avance de calidad de sus elaborados, sigue manteniendo en el conjunto de la crítica especializada, y en parte de los consumidores, un estigma que le resta posibilidades de encaramarse en el podio de las zonas de producción más reconocidads del panorama vitivinícola español.
Un ejemplo paradigmático son los Vinos La Encomienda, una jóven bodega capitaneada por los hermanos Gregorio y José López de Lerma y José Luis del Olmo que, en 2014 iniciaron su proyecto tras la adquisición tres años antes de un viñedo abandonado y desahuciado «que nos costó tres años recuperar el enclave mágico y telúrico».
La parcela se ubica en una escarpada ladera con desniveles de hasta el 14% en suelo de origen volcánico, granítico y pedregoso, rodeado de 400 Há de sotobosque mediterráneo y a una altitud de 804 mts.
El origen volcánico confiere a los suelos unas características especiales que lo hacen muy diferentes de sus competidores. También hay disparidades en los rendimientos, que oscilan entre 1 y 1,5 kg por cepa.
En cuanto a la producción , la filosofía de sus propietarios se base en la mínima intervención en todos los procesos «dejando que la naturaleza se manifieste en su estado puro sin apenas injerencias en el campo y en la bodega».
Todas las marcas que comercializa La Encomienda tienen reminiscencias íberas: «Oretano» (tempranillo, merlot, syrah y cabernet franc), «Orissón» (tempranillo, merlot, syrah, cabernet franc y cabernet sauvignon), «Himilce» (viognier), al estar enclavada la viña en un paraje adyacente al «Cerro de las Cabezas»; una excavación arqueológica del periodo íbero (siglos VII a III a.C.) situada a siete kilómetros del centro de Valdepeñas.
Las etiquetas están cargadas de simbolismo. Son estampillas íberas con 2.500 años de antigüedad que representan a la perfección el lema de la bodega: «el vino que cuenta la historia de un pueblo».
Los promotores del proyecto organizan catas y visitas al viñedo incluidos los fines de semana, ofreciendo la posibilidad de realizar también un breve visita por el cercano yacimiento íbero.
La bodega elabora 12.000 botellas anuales de todas sus referencias, aunque su producto estrella es la marca «Oretano», que se vende principalmente en el canal horeca, junto a particulares en plataformas online
El precio de los vinos va desde los 11,40€ del blanco «Himilce» a los 14,20€ del tinto «Orissón» pasando por los 12,60€ del «Oretano».